Teaser Trailer de «Cien mil pedaladas: Cruzando el sur de Francia» dedicado al 20 aniversario de labicicleta.net

Cerramos el 2016 con la presentación del primer Teaser Trailer del quinto capítulo de nuestra serie «Cien mil pedaladas: Cruzando el sur de Francia»-rodado este verano- el cual está dedicado al 20 aniversario de labicicleta.net. Podéis escuchar a su vez como banda sonora parte de una canción llamada «Bounce back», en su versión instrumental, perteneciente a las sesiones de grabación del próximo álbum musical en el que estamos trabajando dentro de ByM Project.

¡Feliz año nuevo!
Un abrazo enorme,
Beni y María.

El Camino del Cid en bicicleta de montaña.

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El Camino del Cid es un itinerario turístico cultural basado en el personaje histórico Rodrigo Díaz de Vivar, y en la obra literaria El Cantar de mío Cid. El Camino del Cid para BTT es un itinerario de 1.510 km que atraviesa España de noroeste a sureste a través de ocho provincias (Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante) y que está dividido en 7 rutas enlazadas entre sí de entre 50 y 300 km. Todas las rutas están señalizadas y adaptadas a la BTT para que junto a vuestras bicicletas podáis disfrutar de un camino de leyenda.

Recorrido de la ruta completa desde Burgos hasta Orihuela:

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Rutas individuales:

1. El Destierro:

Recorrido: Desde Vivar del Cid (Burgos) hasta Atienza (Guadalajara).
Provincias: Burgos, Soria, Guadalajara.
Kilómetros: 297 km aprox.
Jornadas recomendadas: 6 días (5 noches) incluyendo la etapa prólogo Vivar del Cid – Burgos (12 km), que te permitirá conocer a fondo la capital burgalesa.
Dificultad: Baja – Media.

En este viaje te encontrarás con una parte importante de la esencia de Castilla. El paisaje alterna los cultivos de secano en los valles de los ríos Arlanza y Duero con los sabinares, robledales, pinares, monte raso y parameras. La ruta atraviesa seis Espacios Naturales, entre los que destacan el sabinar del valle del Arlanza y La Yecla (un cortado calizo a la salida de Silos y a pie de carretera que vale la pena visitar), y el espacio soriano del río Duero, de gran importancia medioambiental pero también geopolítica durante la Edad Media. Esta importancia se refleja en las numerosas atalayas y castillos que jalonan este espacio singular, comprendido entre Langa de Duero y Berlanga de Duero, y que tiene su emblema en la colosal fortaleza califal de Gormaz, de la que fue alcaide el Cid.

Pasarás por dos de los grandes monasterios fundacionales castellanos: el de San Pedro de Cardeña y el de Silos, y muy cerca del de Arlanza (a 8 km de Covarrubias), y conocerás lugares míticos dentro de la historia cidiana, como Vivar del Cid, San Pedro de Cardeña, Castillejo de Robledo o San Esteban de Gormaz entre otros y, por supuesto, Burgos, ciudad cidiana por excelencia con buena infraestructura para los cicloturistas y un patrimonio monumental de primera encabezado por su catedral. En ruta encontrarás también numerosas huellas románicas en el fascinante claustro de Santo Domingo de Silos, en las pinturas de la ermita de San Miguel en Gormaz, en las iglesias de San Esteban de Gormaz y en otros muchas poblaciones que conservan muestras del llamado románico rural, de un gran poder sugestivo y evocador. Por lo demás, en este tramo predominan los pueblos pequeños y apacibles, algunos de ellos de «aroma» medieval y reconocido interés, como Covarrubias, Santo Domingo de Silos, Langa de Duero, San Esteban de Gormaz, El Burgo de Osma, Berlanga de Duero y desde luego, al final de este camino, ya en Guadalajara, la inexpugnable Atienza, todas ellas declaradas Conjunto Histórico y/o artístico.

2. Tierras de Frontera:

Recorrido: Desde Atienza (Guadalajara) hasta Ateca – Calatayud (Zaragoza).
Provincias: Guadalajara, Soria y Zaragoza.
Kilómetros: 278 km aprox.
Jornadas recomendadas: 5 días.
Dificultad: Baja – Media.

Atienza, Guadalajara y Medinaceli fueron, hasta la desaparición del califato a principios del siglo XI, enclaves de gran importancia dentro de la Marca Media andalusí: puestos muy militarizados encargados de la defensa de la frontera así como del aprovisionamiento de las tropas andalusíes, que lanzaban desde allí sus ataques sobre los territorios colonizados por los cristianos. Entre los años 1085 y 1104 sucumbieron a la ofensiva leonesa y castellana. Inmersos sin embargo en vastos espacios, poco poblados y frecuentados por ladrones y partidas armadas de muy diverso origen, continuaron siendo lugares peligrosos.

A principios del siglo XII Medinaceli era el eje que separaba los territorios castellanos de los de la taifa de Zaragoza, una brillante corte islámica gobernada desde 1036 por la dinastía hudí, de origen yemení. Los hudíes fueron patronos del Cid en más de una ocasión y mantuvieron la independencia de Zaragoza hasta que fueron conquistados por los almorávides en 1110. En 1120 el rey aragonés Alfonso I el Batallador tomó Calatayud y la cuenca del Jalón. Sin embargo, este territorio no perdió su carácter fronterizo y fue escenario de conflictos entre los reinos de Aragón y de Castilla.

Prueba de este conflictivo pasado son los numerosos castillos, amurallamientos y atalayas -de muy diversas épocas y estado de conservación- que hallará el viajero en este tramo. Destacan los castillos de Atienza, Jadraque, Pelegrina, Sigüenza, Medinaceli, Montuenga de Soria, Monreal de Ariza y, especialmente, al final del viaje, Calatayud: uno de los más importantes conjuntos amurallados islámicos de España. La ruta, además, pasa por cuatro localidades declaradas conjunto histórico y/o artístico donde vale la pena deternerse: Atienza, Sigüenza, Medinaceli y Calatayud, así como por pequeños pueblos de ambiente rural y tranquilo (solo 10 de las 52 poblaciones de esta ruta superan los 400 habitantes) donde uno se siente cómo y seguro. Como hecho singular, en este tramo, en la vega zaragozana del Jalón, aparecen los primeros ejemplos del mudéjar aragonés, declarado Patrimonio de la Humanidad.

El recorrido se caracteriza por su diversidad orográfica, ya que comienza en la Serranía de Atienza, a 1.320 metros de altitud, y finaliza en la vega del Jalón, en Calatayud, a 536 m. La ruta, en general, sigue los valles formados por los ríos Henares, Dulce, Tajuña y Jalón, pasando por algunos tramos muy espectaculares en forma de cañones y valles estrechos, que se alternan con monte bajo y campos de cereal. A partir de Medinaceli el paisaje se vuelve más árido, una verdadera tierra de frontera que, dependiendo de los tramos y de la época del año, nos llevará a pensar que estamos rodando por el escenario de un western medieval: extensas planicies que darán paso a una vega fértil, la del Jalón, y por último a un paisaje casi lunar de colinas de yesos y arcillas, en Calatayud. La ruta atraviesa cinco espacios naturales protegidos: el Barranco del Río Dulce (un impresionante cañón calizo donde abundan las rapaces), las Parameras de Maranchón y de Layna (paisajes amplios donde puedes ver una gran variedad de aves esteparias, incluida la alondra de Dupont o ricotí),  y los sabinares y riberas del Jalón.

3. Las Tres Taifas:

Recorrido: Desde Ateca – Calatayud (Zaragoza) hasta Cella (Teruel).
Provincias: Zaragoza, Guadalajara, Teruel.
Kilómetros: 312 km aprox. (incluyendo el enlace Calatayud – Ateca de 15 km aprox.).
Jornadas recomendadas: 6 días (52 km / día aprox.).
Dificultad: Media.

Tienes ante ti 300 intensos kilómetros de paisajes, historia, arte y aventura, recorriendo viejos y agrestes territorios que formaban parte de tres reinos musulmanes o taifas. Una ruta exigente en lo físico -buena parte del trazado discurre por serranías- pero fascinante en su recorrido, entre cuyos hitos destacan cuatro importantes complejos amurallados medievales: Calatayud, Daroca, Molina de Aragón y Albarracín.

Calatayud, por su longitud y su antigüedad es uno de los recintos amurallados islámicos más importantes de España. La herencia musulmana es también muy palpable en su patrimonio mudéjar, que incluye algunas de las torres más armoniosas de este arte declarado, en Aragón, Patrimonio de la Humanidad. Después de dejar Ateca, y tras casi 60 km de agreste paisaje de la sierra de Pardos, espera Daroca, fundada en el siglo VIII por árabes yemeníes. Calatayud y Daroca se encontraban en el importante paso por el valle del Jiloca que enlazaba la Meseta, el valle del Ebro y el Levante, y eran dos grandes fortalezas islámicas. Daroca tiene un importante y variado patrimonio artístico -con buenos ejemplos románicos- acorde con la rica historia de la ciudad. Al atardecer sus murallas adquieren un peculiar matiz dorado.

El tercer epicentro de la ruta es Molina de Aragón, ciudad monumental con su castillo como símbolo -quizá el más esbelto de cuantos encontramos en el Camino del Cid-. Desde Molina el paisaje cambia rotundamente y nos sumergimos en una de las zonas más salvajes de todo el itinerario. En los próximos 100 km, hasta Albarracín, atravesaremos sin interrupción cinco espacio naturales: el Parque Natural del Alto Tajo, Montes de Picaza, Tremedales de Orihuela, el Sabinar de Monterde de Albarracín y los Pinares de Ródeno: cañones y desfiladeros fluviales, rapaces rupícolas, bosques mixtos de encina, sabina y pino laricio -con predominio de este último- , tremedales, cabras montesas y todo tipo de cérvidos. Toda la zona es, además, un impresionante museo geológico al aire libre donde se advierten todo tipo de fallas, pliegues, ríos de piedra, dropstones y toda clase de fenómenos erosivos, algunos muy llamativos, como las torres de Chequilla.

Atravesando estos paisajes llegamos a Albarracín por alto, que es la mejor forma de admirar esta pequeña localidad -presente siempre en las listas de las más bonitas de España-. Albarracín es el cuarto gran complejo amurallado de la ruta, fue la capital de la pequeña pero importante taifa de los Banu Razin y aquí el Cid histórico estuvo a punto de morir durante una refriega. Desde Albarracín, tras un merecido descanso, nos dirigimos a Cella. En este último trayecto podremos visitar una de las obras más importantes de la hidráulica romana en esta zona, conservada por los  árabes: el acueducto que une Albarracín y Cella, parte del cual está excavado en la roca y que el viajero puede recorrer en alguno de sus tramos. Una última sorpresa nos espera en Cella, fin del tramo de las Tres Taifas: su pozo artesiano, uno de los más grandes de Europa. Cella debía de ser en el siglo XII un lugar fronterizo y «caliente», donde abundaban los mercenarios, y es el sitio elegido por el autor del Cantar para que el Cid espere a todos los que quieran acompañarle en la conquista de Valencia. Muchos viajeros suelen prolongar una etapa más su viaje hasta alcanzar Teruel, en el siglo XI apenas un poblado, nudo de comunicaciones.

4. La Conquista de Valencia:

Recorrido: Desde Cella (Teruel) hasta Valencia.
Provincias: Teruel, Castellón y Valencia.
Kilómetros: 251 km aprox.
Jornadas recomendadas: 4 días (62 km / día aprox.).
Dificultad: Media.

El tramo de la Conquista de Valencia posee dos partes muy diferenciadas. La primera, entre Cella (Teruel) y Jérica (Castellón), conforma un itinerario riquísimo desde el punto de vista histórico y medioambiental: pueblos con encanto y de intenso sabor medieval, parajes fascinantes, extensos bosques mixtos mediterráneos, pozas naturales donde bañarse, ríos, estrechos, y muchas otras singularidades que compensarán sobradamente los esfuerzos del caminante. Esta parte de la ruta, unos 160 km, incluye algunos de los tramos más exigentes de todo el itinerario, abundando los senderos de media montaña. Teruel -capital del mudéjar aragonés, Patrimonio de la Humanidad- Mora de Rubielos, Rubielos de Mora y Jérica son las cuatro localidades declaradas Conjunto histórico y/o artístico en este tramo.

La segunda parte comienza en Jérica: tras dejar Segorbe, conjunto histórico-artístico con un poderoso patrimonio gótico, el Camino desciende a Valencia por un itinerario sencillo técnicamente, que une la Vía Verde Ojos Negros con la Vía Augusta. Siempre en descenso, la vista progresivamente se transforma, dando paso entre cultivos hortofrutícolas a un paisaje más urbanizado. Es entonces cuando se aparece a los viajeros la vista de las murallas de Sagunt, frente al Mediterráneo, una de las ciudades fortificadas más importantes del Mediterráneo y de más antigua fundación. Tras pasar por el Puig, la antigua Cebolla citada en el Cantar, y después de recalar en alguna de las playas del litoral mediterráneo -¡una posibilidad que recomendamos!-, el viajero accede finalmente a Valencia, la gran recompensa del Cid y posiblemente, también del viajero cidiano del siglo XXI.

Hay varios espacios naturales de interés en esta ruta: los sabinares del Puerto de Escandón -entre Teruel y Puebla de Valverde-, los espectaculares Estrechos del Mijares -entre Olba y Montán- y el Curso Medio del Palancia -entre Caudiel y Algar de Palancia-. Entre Sagunto y Puçol, en el litoral, se encuentra el Marjal dels Moros, un humedal donde crecen plantas endémicas frecuentada por gran variedad de aves acuáticas. Este marjal nos recuerda la proximidad del Mediterráneo y la posibilidad, casi ineludible, de refrescar nuestros cuerpos cansados en cualquiera de las playas que bañan las cálidas aguas del Mediterráneo.

5. La Defensa del Sur:

Recorrido: Desde Valencia hasta Orihuela (Alicante).
Provincias: Valencia y Alicante.
Kilómetros: 249 km aprox.
Jornadas recomendadas: 4 días (22 km / día aprox.).
Dificultad: Media-baja.

La Defensa del Sur ofrece fuerte contrastes: desde tramos muy urbanizados donde prevalecen los caminos agrícolas y vías verdes de asfalto a los senderos en las zonas más montañosas. Tras abandonar Valencia y sus alrededores el viajero se topará con dos de los grandes iconos de este territorio: La Albufera y la huerta valenciana.

La Albufera es una laguna costera de escasa profundidad -un metro de media- rodeada de arrozales y cerrada al mar por una barra de arena creada por las corrientes marinas. Viene siendo explotada por el hombre desde la Antigüedad y hoy es la casa de un buen número de especies animales y vegetales: desde aves acuáticas a peces en peligro de extinción, como el fartet y el samarugo.

El segundo «encontronazo» es la huerta valenciana: un hecho económico, social y natural sin precedentes que hunde sus raíces en la historia. La huerta y los jardines valencianos, tan valorados por los árabes, fueron cantados en el siglo XI por el poeta Ibn Jafaya, natural de Alzira. Las murallas de Alzira, de origen islámico, nos evocan ese recuerdo. Alzira es una de las ocho poblaciones declaradas conjunto histórico y / o artístico en este recorrido. La siguiente es Xàtiva, que cuenta con un envidiable patrimonio histórico-artístico encabezado por su castillo, cuya estampa, junto con la del castillo de Sax, es una de las más impresionantes de este recorrido.

Desde Ontinyent iniciamos el ascenso a Bocairent por un paisaje mediterráneo de montaña entre espectaculares cortados y junto al Pou Clar -donde recomendamos un buen baño- y la Sierra de Mariola. La ascensión es bonita pero cuenta con algunos tramos duros que nos obligarán a bajar de la bici: la recompensa es la llegada a Bocairent, una ciudad construida en piedra y una de las grandes sorpresas de este recorrido.

El Camino del Cid entra en la provincia de Alicante por Banyeres de Mariola. Su castillo es el primero de una línea defensiva de origen almohade que continúa por Biar, Villena, Sax, y Petrer hasta llegar a Elche, con un muy importante patrimonio de origen medieval entre el cual destaca su Palmeral, declarado Patrimonio de la Humanidad. Desde Elche continuamos descendiendo hasta el Bajo Vinalopó. La aridez del paisaje contrasta con los fértiles campos cultivados y la presencia generalizada de palmerales: un territorio densamente poblado que finaliza simbólicamente en el extremo sur del ámbito de influencia del Cid: la monumental Orihuela.

6. Ramal de Álvar Fáñez:

Recorrido: Desde Villaseca de Henares o desde Castejón de Henares (Guadalajara) hasta Guadalajara.
Provincias: Guadalajara.
Kilómetros: 71 km aprox.
Jornadas recomendadas: 1 día.
Dificultad: Media.

Este pequeño ramal nos lleva por pequeñas poblaciones hasta Guadalajara. En general el camino discurre sin sobresaltos por la vega del río Badiel, alternando el paisaje de vega con monte bajo y cultivos de cereal. A su paso encontramos humildes vestigios de románico rural en Villaseca de Henares, Utande y Muduex. A mitad de camino, la villa amurallada de Hita se alza bajo su castillo afirmando su doble condición de villa monumental (está declarada conjunto histórico-artístico) y literaria (es citada en el Cantar, y es la «patria chica» del Arcipreste de Hita).

La ruta prosigue hasta Guadalajara -su nombre proviene del árabe y significa «río de piedras»-. Guadalajara fue en sus orígenes un puesto militar andalusí próximo a la frontera del Duero. Muchos de los ejércitos que venían de Toledo pasaban por allí y después se dirigían a Atienza o a Medinaceli. Aunque su monumento más emblemático es el Palacio del Infantado (XV-XVI), posee importantes hitos de origen medieval, como el puente califal (del que quedan escasos vestigios del siglo X, pues su apariencia actual data del XVIII), interesantes ejemplos de arquitectura mudéjar o los torreones del Alamín y de Álvar Fáñez (siglos XIII y XIV).

7. Anillo de Gallocanta:

Recorrido: Circular, Daroca – Daroca.
Provincias: Zaragoza y Teruel.
Kilómetros: 49 km aprox.
Jornadas recomendadas: 2 días.
Dificultad: Baja – Media.

La Naturaleza es la gran protagonista de esta ruta que, partiendo de Daroca,  atraviesa la bonita Sierra de Santa Cruz por caminos rurales de buen firme hasta llegar al pueblo de Gallocanta. El itinerario BTT sigue el camino senderista hasta Castejón de Tornos y allí lo abandona para seguir durante 4 km una variante BTT señalizada, hasta que esta, poco antes de llegar a Val de san Martín, se une de nuevo al camino senderista.

La laguna de Gallocanta es un impresionante sistema lagunar jalonado de pequeños pueblecitos. Es una de las lagunas saladas más extensas de Europa Occidental y posee una gran diversidad biológica. Este ecosistema acoge cada invierno a miles de grullas y otras aves migratorias que se detienen aquí en sus viajes entre el norte de Europa y África. Se trata de un espectáculo natural de primer orden que, junto al buen número de aves acuáticas, esteparias y rapaces que alberga (más de doscientas especies), convierten a Gallocanta en uno de los paraísos ornitológicos de Europa.

La historia de esta zona es muy interesante: los asentamientos humanos documentados en la zona se remontan a unos 4.000 años. La zona es fértil, las aguas de la laguna tienen concentraciones salinas superiores a las del mar, por lo que hubo desde la antigüedad explotaciones de sal y también mineras, de hierro, que requerían una gran cantidad de leña, lo que provocaría la deforestación del territorio y la irrupción de los cultivos y zonas de pasto. Se trata de una tierra rica protegida por sierras con dos pasos naturales importantes hacia el valle del Jiloca y Molina de Aragón. Las poblaciones, desde la antigüedad, estaban fuertemente defendidas; esto explica la densidad de castillos existentes: Santed, Gallocanta (apenas vestigios), Berrueco, Tornos… La mayor parte son de origen medieval pero se asientan sobre restos más antiguos. También hay interesantes yacimientos celtíberos, como el de El Castellar, cerca de Berrueco: es de entrada libre, y aunque tendrás que desviarte 1 km de la ruta, vale la pena acercarse.

El regreso, coincidente en el último tramo, nos devuelve a Daroca. Esta ciudad monumental fue fundada por árabes yemeníes en el siglo VIII. Tras cruzar sus imponentes murallas, el viajero se siente trasladado a otra época. Daroca posee un rico y variado patrimonio artístico tan extenso como su historia. Para conocer sus secretos lo mejor es callejear y perderse por sus pasadizos, patios y rincones. El pasado islámico también se deja notar en su gastronomía, y especialmente en su repostería, donde sobresalen las trenzas mudéjares o las almojábanas.

Información:

Se puede encontrar toda la información (incluido «Topoguías BTT-MTB» descargables) acerca del Camino del Cid en su web oficial: aquí.

En cuanto a guías impresas sobre el Camino del Cid , podemos encontrar entre otras:

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«La ruta del Cid en bicicleta» de la editorial Bici:map (Petirrojo).

No obstante, desde bici:map, después del agotamiento de la primera edición de 2012 de esta buena guía de la Ruta del Cid basada en los itinerarios épicos del Cid Campeador, han pensado dar un giro a la guía brindando a los cicloviajeros noveles la oportunidad de probar una de sus guías y de iniciarse a la dulce sensación de libertad que inspira un viaje en bici, actualizándola y ofreciéndo su versión descargable de forma gratuita (aquí), una vez actualizada y presentada como un buen complemento al entramado de rutas del Consorcio Camino del Cid.

La Ruta del Cid de bici:map es simplemente la directa de Burgos a Valencia, pensada exclusivamente para cicloturistas tanto con BTT como de carretera. Permite atravesar el interior peninsular desde la Castilla más profunda hasta el Mediterráneo por caminos y carreteras poco transitados. Un viaje cicloturista de 12 días (670 km) siguiendo las huellas del Cid y sus huestes en su ir y venir entre los distintos reinos cristianos y musulmanes de la España medieval.

Diario de viaje: ¡Finalizamos la aventura!

Palencia (España). 11 de agosto de 2016.

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Tras la primera parte de nuestro viaje a lo largo del sur de Francia, desde Séte, en la costa del mar Mediterráneo, hasta Hendaya, en la costa el mar Cantábrico, objetivo principal de esta aventura, en la que rodamos el quinto capítulo de nuestra serie sobre cicloviajes en Europa, pasamos la noche del domingo 8 de agosto en el albergue de peregrinos de Irun, donde conocimos otros cicloviajeros como Fulvio de Bérgamo (Italia), Iván de Cortés (Navarra/España), o Andreu y Manu de Barcelona (Cataluña/España), antes de comenzar la segunda parte del viaje, nuestra travesía a lo largo del Camino Vasco del Interior y el Camino Francés hacia Santiago de Compostela, propósito por el que nos darían la enhorabuena los hospitaleros del albergue, al ser junto a una chica brasileña a pié, los únicos 3 peregrinos, de un total de 32, que nos íbamos a aventurar por ese camino.

A la mañana siguiente, el lunes 9 de agosto, pasamos por una oficina de correos y enviámos todos nuestros enseres de acampada en un paquete a casa para aligerar peso innecesario en esta parte del viaje.

Con la nueva configuración de nuestra carga salimos de Irún rumbo a Tolosa, siguendo las flechas amarillas y los monolitos de madera del Camino Vasco de interior. Se trata de un camino duro en el que las fuertes rampas se suceden una tras otra a través del monte, por terrenos de firme complicado, sobre todo en la primera etapa y a lo largo del resto de la provincia de Guipúzcoa, por excelencia muy montañosa, y que por desgracia cambiaría el destino de esta aventura. En una de las primeras rampas de la etapa, María tuvo que poner el pie en el suelo, y con la carga de la bicicleta el pie se le resintió. Tras unos momentos de duda seguimos a pie un rato. Momento en el que nos encontramos a Txomin.

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Txomin es otro cicloviajero, que se encontraba trabajando aquella mañana y que al vernos caminando decidió ayudarnos. Nos comentó que el trazado fiel del Camino Vasco del interior era muy exigente y muy complicado en bicicleta, y que él siendo de la zona no se lo plantearía. Nos recomendó una alternativa distinta y muy interesante, para conectar con el Camino Francés y que él había realizado en otras ocasiones: llegar a Astigarraga desde Irun por carretera, una vez allí, retomar el Camino Vasco del interior hasta Andoain, localidad donde empieza la Via Verde de Plazaola, la cual habríamos de seguir hasta la localidad de Lekunberri, ya en Navarra, y desde ésta, llegar hasta Pamplona por la antigua carretera NA-1300.

Y en ello estábamos cuando el tobillo de María comenzó a hincharse y a doler. Son esos momentos de un viaje en los que has de plantearte muchas posibilidades y en los que has de tomar decisiones difíciles de asimilar. No podíamos continuar por momentos. Tras analizar la situación y el calendario, decidimos tratar la lesión con geles y cremas, y decidimos esperar. Ese día no podíamos pedalear y probablemente tampoco al día siguiente.

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Con todo ello tomamos la decisión, de reducir la segunda parte del viaje y comenzar en Burgos, a la espera de la soñada mejoría. Nos trasladamos de nuevo cargados de ilusión a Burgos, y haciendo de tripas corazón, al día siguiente realizaríamos nuestra primera etapa por el Camino Francés, la decimocuarta del viaje, entre Burgos y Frómista.

Ya en el Camino Francés, tras salir de Burgos y pese a su lesión, María intentaba pedalear, como siempre, con su sonrisa de cicloviajera romántica.

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Se trata de un tramo rompepiernas en su primera parte, a lo largo de un paisaje ondulado, por caminos de firme pedregoso, en el que se atraviesan enclaves como las ruinas del Convento de San Antón o la localidad de Castrojeriz, punto a partir del que se afronta una de las subidas complicadas que esconde el Camino Francés por estas tierras. Subida que puede aliviarse tomando una alternativa por carreteras poco transitadas para pasar a una segunda parte de la etapa, que nos adentra en la provincia de Palencia, tras cruzar el rio Pisuerga, y que junto al Canal de Castilla nos lleva a Frómista.

Castrojeriz.

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Rio Pisuerga, entrada en la provincia de Palencia.

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Canal de Castilla, a la altura de Frómista:

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La etapa discurre por una zona ventosa repleta de parque eólicos en la que el viento puede complicar el pedaleo y el equilibrio sobre nuestras bicicletas hasta límites insospechados. Nos tocó un fuerte viento del nordeste de unos 32 km/h que nos ayudó en algunos tramos y que nos golpeó lateralmente en otros, no obstante, lo conseguimos.

A la altura de Castrojeriz pinchó Beni, varias veces…la explicación, un artilugio pequeño que lleva a sospechar de que alguien busca el pinchazo intencionado de las bicicletas de los peregrinos al paso por la zona:

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Tras pasar la noche en un albergue de Frómista, al día siguiente nos disponíamos a continuar hasta Sahagún, ya en la provincia de León. Sin embargo, las sensaciones de María con respecto a su tobillo no eran nada buenas, pues sufría al pedalear y ni una tobillera de compresión, ni crema alguna podía hacer nada. Acabábamos de pedalear apenas un kilómetro y no podíamos seguir. Y entonces vivímos uno de esos momentos terribles en el que el coraje del ciclista te empuja siempre a querer seguir, aunque no se pueda. Tal vez el momento más duro de todos nuestros viajes, pues era la primera vez que una lesión nos impedía seguir.

Con todo ello, decidimos trasladarnos en tren a Palencia y tras pasar un día de descanso en la ciudad, al ver que no podíamos continuar, definitivamente tomamos la difícil decisión de regresar a casa.

Queda en el recuerdo la experiencia completa de un bonito cicloviaje a lo largo del sur de Francia, desde el mar Mediterráneo hasta el mar Cantábrico, y un tramo del Camino Francés a lo largo de las provincias de Burgos y Palencia; y queda pendiente en el futuro volver al camino para terminar lo que una lesión inesperada nos ha impedido…así como otros cientos de miles de pedaladas por el mundo.

Queremos dar las gracias a todas las personas que nos han ayudado en este viaje, a nuestros amigos y familiares que nos han echado de menos en la distancia, y a todo el equipo de labicicleta.net por su apoyo.

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¡Muchas gracias por habernos seguido en este viaje!

Abrazos.
Beni y María.

Diario de viaje: Biarritz – Irun

Irun (España). Lunes 8 de agosto.

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Tras doce etapas en Francia, el domingo 7 de agosto afrontábamos la decimotercera y última etapa del periplo francés para llegar a Irún. Serían alrededor de unos 35 kms hasta el puente de Santiago, sobre el rio Bidasoa, que hace de frontera entre Francia y España en esa zona.

Seguimos las indicaciones de la guía ante las escasas señales de la Velodyssee, para salir de Biarritz en dirección al sur, a lo largo de la costa. Lo que ya sabíamos es que sería un tramo por carreteras prácticamente en su totalidad. Lo que no esperábamos, es que albergarían un tráfico bestial esa mañana (tal vez por ser domingo y en periodo estival) y que el tipo de carreteras sería el de carreteras sin arcén.

Tras pedalear durante toda la mañana a lo largo de un exigente recorrido, tanto psicológicamente como físicamente, llegamos a Hendaya donde pondríamos fin a la última etapa de nuestra aventura en Francia, en la que en lugar de disfrutar sobre nuestras bicicletas pasamos realmente miedo con el incesante pasar de vehículos a nuestro lado.

La Velodyssee es una ruta cicloturista señalizada a lo largo de la costa atlántica, desde el norte de Francia, hasta el sur, en la frontera con España, no obstante ante la ausencia de pistas ciclables o carriles bici a partir de Bayona, la mayoría de los ciclistas empiezan o terminan en Bayona la ruta. Entre Bayona y Hendaya prácticamente no hay ruta apartada del tráfico, y las carreteras son muy concurridas y peligrosas ante los continuos y elevados cambios de rasante que presenta, por lo que es recomendable no contemplar este pequeño tramo incluído en el extremo del itinerario cicloturista.

Cada itinerario recorrido a lo largo de este viaje por el sur de Francia ha tenido sus particularidades. El Canal du Midi resulta más romántico y complicado que el Canal del Garona. La travesía desde el final del Canal del Garona, hasta la Velodyssee ha sido la parte más interesante del viaje. La Velodyssee desde Arcachon a Hendaya ha tenido tramos inolvidables a lo largo del oeste de Las Landas que compensan la cantidad de tránsitos urbanos y los tramos por carril bici junto a diversas carreteras.

Como último consejo, nos queda la sensación de que hemos realizado este itinerario en un número insuficiente de días (13) para disfrutar de los pueblos, ciudades y comarcas por los que transcurre, con más tranquilidad (ideal, de 15 a 21).

¡Muchas gracias por seguirnos!

Abrazos.
Beni y María.

Diario de viaje: Capbreton – Biarritz

Biarritz (Francia). Sábado 6 de agosto de 2016.

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Primera etapa por la Côte Basque, y duodécima etapa del viaje. Corta pero complicada en su parte final, debido a que tuvimos que cruzar Biarritz en la ausencia total de carriles bici.

Comenzábamos aun entre los paisajes típicos de Las Landas, donde pedalear fue todo un placer, para posteriormente adentrarnos en el entramado urbano de Bayonne.

Llegando a Bayonne conocimos a una familia cicloviajera de Madrid, Pablo, Lorea y su hijo Jaime, con quienes compartimos una agradable charla mientras nos adentrábamos en la ciudad.

Con un centro espectacular,  Bayonna nos acogió durante unas horas en la que hicimos turismo de a pie junto a nuestras bicicletas, antes de partir a Biarritz.

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El recorrido por la costa aquí nos dejó unas vistas impresionantes de las playas de Biarritz, del conocido faro y de la costa cantábrica así como de las montañas del País Vasco.

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Atravesar Biarritz resultó algo caótico debido a que aquí la Velodyssee deja de transitar por carriles bici (o pequeñas carreteras secundarias) que en esta zona son escasos o prácticamente no existen.

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Mañana nos separan 30 kms de la frontera entre Hendaya e Irún, ambas separadas por el puente de Santiago, el cual nos dará la bienvenida a España y al Camino Vasco del Interior o Vía Bayona.

Las fotografías (con nuestro smartphone) de hoy son un homenaje a nuestras bicicletas justo antes de acabar la travesía francesa de nuestra aventura.

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¡Muchas gracias por seguirnos!

Abrazos.
Beni y María.

Diario de viaje: Saint-Julien-en-Born – Capbreton

Capbreton (Francia). Viernes 5 de agosto de 2016.

Cuarta y última etapa a través de Las Landas (undécima del viaje), con 3 paisajes diferentes.

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El primero de ellos, entre Saint-Julien-en-Born y Léon, nos muestra la profundidad de los típicos bosques de la zona, entre pinos y helechos, sobre un manto de arena en un terreno ondulado por el que transcurre una pista ciclable para recordar.

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La señalización de la Velodyssee en esta zona es muy buena, coincidiendo aquí con señales del camino de Santiago del litoral.

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Si embargo, en las ciudades la señalización es muy escasa o brilla por su ausencia, por lo que en entornos urbanos tendremos que estar muy atentos a nuestros mapas o GPS.

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En el lago-estanque de Léon encontramos un lugar ideal con merenderos donde detener el tiempo, para comer contemplando sus aguas y las embarcaciones deportivas que sobre el navegan.

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El segundo tramo, que nace en Léon y se prolonga hasta Soustons, es un impresionante carril bici junto a pequeños pueblos y partes de bosque, con enormes rectas, por el que transitan cientos de ciclistas y patinadores de todos los tipos y edades, y que te envuelve en un clima idílico que te hace olvidar el tráfico a motor de las carreteras y ciudades.

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El tercer y último tramo de esta etapa, transcurre por carril bici junto a carreteras transitadas que llevan a la turística ciudad de Capbreton, la cual posee varios kilómetros de playa.

Como viene siendo habitual en la zona, los campings son muy caros y suelen estar completos, por lo que para encontrar alojamiento en alguno de ellos se han de visitar varios. Es aconsejable, para aquellos que no transitan por la zona en un viaje largo, que los omitan y busquen otro tipo de alojamientos con antelación.

A partir de aquí dejaremos «la côte landaise» para entrar en «la côte basque», y conocer ciudades como Bayonne, Biarritz o St-Jean-de-Luz.

¡Muchas gracias por seguirnos!

Abrazos,
Beni y María.

Diario de viaje: Biscarrosse – Saint-Julien-en-Born

Saint-Julien-en-Born (Francia). Jueves 4 de agosto de 2016.

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Tercera etapa en Las Landas (décima etapa del viaje) y vuelta a la profundidad de los bosques en el primer día lluvioso de esta aventura.

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Salimos de la turística (por el entorno) Biscarrosse, situada entre lagos y a la cual llaman capital de la hidroaviación, tras desayunar un café y un chocolate con repostería típica de la zona, hacia Parentis-en-Born por un carril bici junto a una carretera.

Así llegariamos la localidad de Parentis-en-Born, donde nos encontramos al paso de la ruta con una superficie comercial donde comprar provisiones, y tambien por carril bici llegaríamos a Gastes, en cuyas bonitas playas (en el lago de Biscarrosse y de Parentis) tuvimos que parar junto a muchos otros cicloturistas en un momento en el que apretaba la lluvia, el cual aprovechamos para comer.

A partir de Gastes, la Velodyssee transcurre bordeando el lago de Biscarrosse y Parentis entre bosques para volver a convertirse en carril bici junto a la carretera pasando las localidades de Sainte-Eulalie-en-Born y Mimizan, rodeando un extenso área militar.

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Tras Mimizan llegó el tramo mas bonito de la etapa, que nos llevó  Contis-Les-Bains bordeando la costa, por el interior, entre pinos, helechos y plantas de lavanda.

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Con los campings completos en una zona que es muy turística, tuvimos que alejarnos de la playa unos 5 kms para pasar la noche en un camping de Saint-Julien-en-Born, donde dormiríamos sumergidos en la profundidad de Las Landas.

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¡Muchas gracias por seguirnos!

Abrazos,
Beni y María.

Diario de viaje: Mios – Biscarrosse

Biscarrosse (Francia). Miércoles 3 de agosto.

Novena etapa del viaje, y segunda en Las Landas, la cual fue muy distinta de la primera a lo largo de este singular parque natural.

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Tardamos muchísimo en dejar atrás la larga travesía urbana a través de Biganos, Le Teich, Gujan-Mestras y La Teste-de-Buch. Las zonas industriales se alternaban con las de viviendas y el tráfico aumentaba cada vez más al tiempo que tratábamos de salir de la zona para dirigirnos al suroeste y adentrarnos de nuevo en el parque. La señalización de la Velodyssee (que es parte de la Eurovelo 1) escasea en ciertos puntos, y el mapa de la guía que encontramos es a muy pequeña escala y poco detallado, por lo que es muy fácil perderse en esta travesía si no recurrimos a alguna aplicación de GPS.

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Ya en el parque, el itinerario transcurre en muchas partes junto a una carretera repleta de coches atascados para poder acceder a la impresionante duna de Pilat y a las playas colindantes. La duna es una inmensa pared de arena que separa el bosque del Atlántico en la que se observan como hormigas cientos de personas tratando de escalarla para contemplar las inigualables vistas al océano.

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Tras comer junto a ellas, continuamos nuestra etapa hacia el sur en lo que sería un continuo sube y baja hasta la playa de Biscarrosse. A partir de aquí, el itinerario nos había reservado una travesía a lo largo de un conjunto de montes bastante elevados con rampas superiores al 10%, durante varios kilómetros, para llegar al Lago-estanque de Cazaux y de Sanguinet.

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Finalmente llegamos a Biscarrosse, bonito pueblo entre lagos, para terminar una etapa inmersa en el turismo de la zona, cuyas vistas han sido muy parecidas a las que se ven tras la ventanilla de un coche, mucho menos relajante y disfrutable que la primera jornada a lo largo de Las Landas entre Bazas y Mios, donde tuvimos la sensación de perdernos en un paraíso natural.

¡Muchas gracias por seguirnos!

Abrazos,
Beni y María.

Diario de viaje: Bazas – Mios

Mios (Francia). Martes 2 de agosto de 2016.

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Casi desde la costa atlántica, en la localidad de Mios, os contamos la crónica de la octava etapa del viaje, ya en la región de Aquitania, a lo largo de la «Piste Cyclable Mios-Bazas», la cual nos dejó imágenes preciosas del «Parc Naturel Regional des Landes de Gascogne», en el que nos sumergimos pedaleando durante todo el día.

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Tras dejar Bazas atrás, tomamos la pista ciclable a Mios, construida sobre la infraestructura de un antiguo trazado ferroviario salvando con falsos llanos los desniveles del terreno y enseguida nos adentramos en Las Landas, un paisaje paradisiaco en el que predomiman los infinitos pinares sobre un inmenso manto de helechos y flores de lavanda.

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Pedalear decenas y decenas de kilómetros a través de estos bosques tan singulares ha sido increíble, siendo este tramo posiblemente uno de los carriles bici más curiosos de Europa. Al tiempo que pedaleábamos dejábamos atrás bonitos pueblos y pequeñas granjas, entre las que se repetían especialmente las granjas de caballos.

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Se trata de un tramo menos concurrido en el que solo nos encontramos aquellos cicloturistas que osan unir el itinerario ciclable de la Velodyssee con el del Canal de los dos Mares, o con excursiones destinadas a conocer los rincones de este parque gracias a los circuitos que lo recorren la profundidad de Las Landas.

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Inmersos en este precioso paraje nos emocionó encontramos esta mañana con los amigos de la asociación «Área adaptada«, unas personas realmente maravillosas con las que hemos tenido el placer de compartir un buen número de kilómetros hasta los lagos de Hostens, donde nos despedimos tras comer al mediodía.

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Tras pedalear junto a Cristina, una de las monitoras, la cual nos explicó en que consistía la labor de la asociación, conocimos a Albert Font, responsable de la misma, y a todo el grupo de grandes y valientes genios del ciclismo adaptado, personas encantadoras con algún tipo de discapacidad y con ganas de conocer mundo sobre sus bicicletas. Dedicaremos un post a esta asociación al término de nuestro viaje, porque lo merece con creces.

Con Cristina:

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Con tod@s:

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Terminamos la etapa en Mios, pequeño pueblecito sumergido en pleno parque natural, a muy pocos kilómetros del océano Atlántico, al que llegaremos mañana, en la novena etapa, que nos hará conocer entre otros parajes la famosa Duna de Pilat.

Casi en el Atlántico y podemos decir que tanto nuestras piernas como nuestras bicicletas están respondiendo genial. Poco a poco nos vamos haciendo a un viaje cuyo inicio ha resultado más duro de lo que parecía. Los senderos complicados del Canal du Midi, las largas distancias planificadas por etapa en el mismo y el viento en contra en toda esta travesía de este a oeste por el sur de Francia nos han motivado de cara al próximo tramo de nuestro viaje, la Velodyssee desde Arcachon hasta Hendaya.

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Nuestros últimos complementos para cicloturismo recien adquiridos, aconsejados por Fer, Luís, José Carlos y Ángel de labicicleta.net, están respondiendo estupendamente, y eso será muy importante, de cara a ciclar la costa atlántica, la cual siempre amenaza con posibles lluvias.

Os contamos mañana más ; )

¡Muchas gracias por seguirnos!

Abrazos,
Beni y María.

Diario de viaje: Damazan – Bazas

Bazas (Francia). 1 de agosto de 2016.

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Séptima etapa del viaje, en la que finalizamos el itinerario cicloturista conocido como Canal des deux mars (Canal de los dos mares) que comprende el recorrido completo junto al Canal de Midi y junto al Canal lateral del Garona.

Salimos de Damazan, visitando su curiosa plaza, para incorporarnos a la ruta, la cual, nos mostraría de nuevo un recorrido agradable a la sombra de sus árboles en un día en el que se abrió el cielo y apareció de nuevo el sol.

Dejando pequeños pueblos a los lados del canal, podemos destacar los puertos que nos hemos ido encontrando entre los que había uno exclusivamente dedicado a una de las empresas que ofrece barcos de alquiler para recorrer el turístico canal. No obstante en el Canal del Garona no se suelen ver muchas embarcaciones navegando, al contrario del Canal du Midi, en el que asoman una tras otra, tal vez, por la zona cercana al Mediterraneo y ciudades como Carcasona o Narbona (en las proximidades).

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A partir del pueblo de Hure, la ruta se divide en dos, una al norte, siguiendo el rio Garona hasta La Réole, y a partir de ahí por pequeñas carreteras y vías verdes hasta Burdeos, y otra al sur, siguiendo el canal hasta su desembocadura, en Castets-en-Dorthe.

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Seguimos el canal hasta su desembocadura en el rio Garona, a la altura de la localidad de Castets-en-Dorthe, donde pusímos fin a una parte de nuestro viaje para dirigirnos hacia el sur, por pequeñas carreteras hasta la localidad de Bazas, donde nace una vía verde que va hacía el Atlántico, conectando con la Velodyssee a la altura de Biganos.

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Entre Castets-en-Dorthe y Bazas nos encontramos un bonito recorrido pero muy duro, entre enormes colinas, con subidas prolongadas y repechos importantes.

Al llegar a Bazas, visitamos su centro histórico en el que destacar su preciosa plaza presidida por su catedral.

Ya en la región de la Aquitania, y adentrándonos en el Parque Natural de las Landas, nos espera un día lleno de incertidumbres en esta aventura.

¡Os contamos!

¡Muchas gracias por seguirnos!

Abrazos.
Beni y María.