Si vamos a realizar un viaje en bicicleta tendremos que pensar qué bicicleta es la adecuada y que accesorios necesitamos según el tipo de viaje que vayamos a hacer.

Si vamos a realizar un viaje a lo largo de un itinerario cicloturista que normalmente transcurre por senderos o caminos, será indispensable contar con una bicicleta de montaña, normalmente de cross country y rígida, es decir, con suspensión solamente en la parte delantera, ya que debido a la carga que llevaremos principalmente en la parte trasera, sobre el transportín (que suele fijarse al cuadro a través de las vainas superiores e inferiores, o directamente a la tija del sillín), y aún más si usamos alforjas, nos interesará tener una buena estabilidad en esta parte, no aconsejándose las bicicletas con doble suspensión, las cuales pueden ser incluso contraproducentes a la hora de llevar carga.

No obstante si el itinerario transcurre alternando senderos o caminos de baja dificultad técnica (con buen firme) con carriles bici y carreteras secundarias, es considerable utilizar una bicicleta híbrida o dual sport, la cual es una tipología de bicicleta normalmente diseñada para uso en ciudad que combinan características de las bicicletas de carretera y las de montaña. Por una parte son más ligeras, más sencillas de transportar, y ruedan mejor, pero por otra no cuentan con suspensión delantera ni con cubiertas  adaptadas a terrenos complicados en el caso de que éstos se nos presenten a lo largo de la ruta. El uso aconsejado de este tipo de bicicletas se extiende a todas las principales rutas cicloturistas centroeuropeas (Alemania, Holanda, Bélgica, Francia…) las cuales transcurren por infraestructuras con firmes que no exigen demasiadas prestaciones a las bicicletas. Otra opción es cambiar las cubiertas de tu bicicleta de montaña por cubiertas de bicicletas híbridas, con tacos  muy poco pronunicados o prácticamente lisas, de esta manera, reduciremos el rozamiento, y rodaremos con más facilidad.

Por último, si el itinerario cicloturista transcurre por asfalto en su totalidad, lo ideal es contar con una bicicleta híbrida o dual sport, dada su facilidad para rodar por carretera y su robustez a la hora de llevar carga sobre ella, además de su practicidad a la hora de afrontar un tramo de pavés o una carretera bacheada. No obstante, aunque menos aconsejable, en este caso podremos optar también por utilizar una bicicleta de carretera, siendo conscientes de las limitaciones que las cubiertas y los tubulares para este tipo de bicicletas tienen en cuanto al peso que puedan soportar de cara a realizar una ruta cicloturista de larga distancia.

En todo caso, nos gustaría recalcar que cualquier bicicleta con las prestaciones necesarias es buena para viajar y que es aconsejable evitar viajar con bicicletas de gran valor, ya que en un viaje cicloturista siempre se darán ocasiones en las que tengas que dejar tu bicicleta en la puerta de una tienda, al aire libre en un camping, etc. y  por tanto la posibilidad de que puedan robárnosla, por lo que si viajamos con una bicicleta aparentemente cara, es recomendable tener sumo cuidado.

En cuanto a los accesorios que necesitaremos para nuestra bicicleta, hemos de decir que dependerán de las posibilidades que nuestra bicicleta nos ofrece para su acopamiento y del peso y el volumen del equipaje que necesitamos llevar para afrontar nuestro viaje.

Accesorios:

• Portabultos, portaequipajes o transportines para bicicletas. Los hay traseros y delanteros (para poder repartir la carga en el caso de que vayamos a realizar un itinerario muy largo y necesitemos llevar una cantidad elevada de equipaje). Suelen fijarse de varias maneras a nuestra bicicleta, aunque más comun es a las vainas del cuadro de nuestra bicicleta a través de tornillería. No obstante, en el caso de que el cuadro de nuestra bicicleta no cuente con taladros para este tipo de accesorios existen modelos de portabultos que se fijan a las vainas con adaptadores o con cintas de velcro y otros modelos que se fijan directamente a la tija del sillín, siendo en este caso menos estables para cargas elevadas y terrenos complicados. Existen modelos distintos para bicicletas con y sin frenos de disco, por lo que es un detalle muy importante a la hora de su adquisición.

• Alforjas. Las hay tanto traseras como delanteras, de multitud de tamaños y con diferentes características técnicas en cuanto a su resistencia e impermeabilidad. Por experiencia os aconsejamos unas alforjas impermeables, sencillas de quitar y poner, y de apertura y cierre fácil. También es interesante el número de compartimentos que presenten siempre que no vaya en detrimento de su impermeabilidad. Es importante pensar en que unas alforjas totalmente impermeables no solamente protegerán nuestro equipaje de la lluvia si no también del polvo que nos podamos encontrar en los senderos o caminos.

• Maletines o mochilas para bicicleta. Son sustitutos de las alforjas cuando nuestro portabultos así nos lo exige, es decir, cuando éste por sus características técnicas (normalmente aquellos que van fijados solo a la tija del sillín) no pueden soportar alforjas traseras, estando diseñados para albergar un maletín o una mochila. Al igual que lo que os comentamos sobre las alforjas, nos interesarán aquellos maletines o mochilas que sean impermeables, sencillas de quitar y poner, y que podamos acceder a ellas fácilmente.

• Bolsas de manillar. Muy útiles sobre todo en itinerarios cicloturistas de larga distancia, para llevar todo lo que necesitas a mano, como la documentación, algo de efectivo, el teléfono, una cámara de fotos o algo de comida siempre que el recorrido no transcurra por senderos o caminos técnicos, ya que de lo contrario se convertirá en un bulto en nuestro manillar sometido constantemente a vibraciones que nos impedirá manejar nuestra bicicleta con agilidad. Suelen acoplarse al manillar fácilmente, con un accesorio propio, por lo que nuestra bicicleta no tendrá que cumplir ningún requisito previo y solo tendremos que hacerle un hueco en el manillar entre las manetas de los cambios y de los frenos teniendo en cuenta los posibles soportes pertenecientes a cuenta kilometros, luces, etc. que podemos tener previamente acoplados al manillar si se diese el caso.

• Bolsas para el sillín. Aunque son indispensables en tus salidas habituales de cara a llevar cámaras de repuesto y herramientas básicas, en un viaje cicloturista pueden ser prescindibles, pues necesitarás más herramientas de lo normal así como útiles para el mantenimiento diario de tu bicicleta a los que tendrás que hacer un hueco en tus alforjas, ya que superarán el máximo volumen que pueden albergar éste tipo de bolsas bajo el sillín. Por otra parte, aunque una opción es repartir las herramientas entre la bolsa del sillín y las alforjas, no es conveniente llevar este tipo de bolsas pues suelen ocupar un espacio en la parte trasera de la bicicleta que impide la fácil colocación de la carga trasera así como el sencillo acceso a la misma. Con una buena organización en el interior de nuestras alforjas podremos tener las herramientas tan mano como en este tipo de bolsas.

• Bolsa de viaje (rack-pack) o cubre mochila impermeable. En un viaje en bici, entre otras cosas hay algo que debemos evitar a toda costa, que se nos moje o llene de polvo nuestro equipaje, primero …la ropa, para lo que existen las alforjas impermeables, y segundo …nuestros accesorios de pernocta, esto es, la tienda de campaña, el saco de dormir, etc., para lo que existen distintas opciones:
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  • Rack-pack. Se trata de un bolso de viaje muy robusto e impermeable al agua y al polvo, con un volumen suficiente como para guardar tanto la tienda de campaña como los aislantes y los sacos de dormir. Suele colocarse en la parte trasera, atravesado sobre el transportín y fijado a las alforjas por medio de correas, aunque en su defecto siempre podremos fijarlo con pulpos anclados en el portabultos. Es muy práctico sobre todo para evitar que se mojen o enpolven estas partes tan importantes de nuestro equipaje. Es la opción que más hemos observado a pesar de ser la menos económica, pues suele ser un accesorio bastante caro ya que puede costar incluso más que un juego de alforjas de buena calidad.
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  • Cubre mochila impermeable. Se trata de un accesorio para senderismo que se puede adaptar perfectamente a nuestra carga con el cual podemos cubrir -en la medida de lo posible- todo aquello que llevamos fuera de las alforjas, siendo la opción que hemos utilizado nosotros hasta ahora.
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  • Bolsas o sacos de plástico. Se puede optar por envolver dichos enseres con sacos o bolsas de plástico, opción que utilizamos una vez en nuestros inicios y que nos dió más de un quebradero de cabeza, pues era habitual encontrarnos en ellas rasguños y roturas día tras día, siendo esta opción para nada aconsejable.

• Varios pulpos. Es aconsejable llevar de 2 a 3 por persona, tanto para sujetar la carga como para amarrar nuestra bicicleta a los ganchos y barras habilitadas para ello en los posibles traslados en tren o en autobús.

• Luz delantera y luces de señalización traseras. Son indispensables, ya que es esencial poder circular y ser visualizado en la oscuridad -y en un viaje cicloturista es muy normal que en más de una ocasión tengamos que pedalear en la noche, sobre todo en el norte de Europa donde anochece mucho antes- por los demás usuarios de las vías públicas, ya sean coches, motocicletas, otros ciclistas o incluso peatones. La luz delantera se podrá utilizar además como linterna a la hora de pasar la noche en nuestra tienda de campaña.

• Cuenta kms, GPS o equivalente. Es aconsejable contar al menos con un cuenta kms instalado en tu bicicleta para saber la distancia que llevas recorrida a lo largo del día o la que te queda hasta tu destino, y para poder seguir correctamente los mapas de las guías cuando no hay señalización alguna. La opción de contar con un GPS es realmente muy interesante, no obstante conviene estar preparado para aquellos casos en los que podamos atravesar zonas con poca cobertura o incluso cuando no podamos cargarlo durante algunos días.

• Timbre. Aunque es posible que no estés acostumbrado a llevarlo, es muy importante en el caso de que viajes por países del centro de Europa con gran tradicción ciclista en los que en muchas ocasiones encontrarás un tráfico elevado de ciclistas e incluso peatones a lo largo de la ruta, sobre todo en zonas urbanas. En el caso de España, es también muy aconsejable no olvidarse de él si optamos por realizar un Camino de Santiago con una gran afluencia de peregrinos, como puede ser el caso del Camino Francés.