El jueves completamos la última etapa de un cicloviaje apasionante que nos ha llevado a pedalear por lugares increíbles, con paisajes inolvidables y ciudades maravillosas. La idea de unir la cicloruta a lo largo del rio Eno, atravesando toda la región del Tirol en Austria y el sur de Baviera en Alemania, con la cicloruta a lo largo del Danubio, a través del norte de Austria, sur de Eslovaquia y el norte de Hungría hasta Budapest ha sido todo un acierto.
Comenzamos la mañana visitando la impresionante basílica de Esztergom, y contemplando la bonita panorámica del Danubio que desde ella se ve.
A media mañana, con la emoción de un cicloviaje que se va, y los recuerdos que de él perdurarán para siempre, iniciamos la etapa a través de un bonito carril bici muy arbolado y junto al rio, que nos sacaría de Esztergom.
Por desgracia, el carril se acabó y la ruta seguía unos km por carretera antes de llegar al pequeño puerto donde se toma el barco para pasar a Szob, en el lado norte del rio. Este barco hace el recorrido una vez cada hora, por lo que si no tienes suerte y llegas poco antes de salir te toca esperar, y eso nos pasó, casi una hora esperando.
Tras cruzar el rio llegaría el tramo más bonito del día. Aquí el rio se adentra entre montañas y el paisaje se vuelve boscoso, y aunque en parte del camino el carril bici transcurre paralelo a la carretera, este hecho no nos impidió disfrutar del entorno natural por el que transitábamos.
Tras comer en Nagymaros, localidad llena de numerosas playas fluviales, seguimos hasta Vac, en el km 42 de la etapa, donde de nuevo tendríamos que cruzar el rio al otro lado, en este caso al lado sur, y como no podía ser de otra manera, al igual que con el anterior barco nos tocó esperar 55 minutos, ya que llegamos al puerto cuando acababa de salir. Los horarios de este tipo de barcos estan anunciados en un cartel en el mismo puerto, pero nada más, por lo que averiguarlos con antelación es complicado.
Ya en el lado sur de nuevo, nos encontraríamos uno de los peores tramos de la ruta, una carretera bacheada sin arcén y bastante transitada. Suerte que era corto, que la mayor parte era un tramo urbano limitado en velocidad y que el número de cicloturistas es aquí elevado, por lo que se forman pelotones de ciclistas en los que pedalear con mas seguridad.
Mas tarde la cicloruta se adentraría en senderos junto al rio, con tramos muy bonitos, y en los paseos fluviales de las localidades próximas a Budapest, como Szetendre, Csillaghegy o Rómaifürdö, donde pedalear se hacía muy dificil, por unos carriles bici a menudo compartidos con paseos peatonales abarrotados de gente.
Tras atravesar una zona industrial junto a las vías del tren, llegaríamos al extraradio de Budapest, donde la ruta nos llevaría callejeando por tranquilas calles hasta desembocar en un carril bici junto al rio que nos llevaría al centro de Budapest.
A partir de ese momento llegaría un final espectacular para un cicloviaje inolvidable. La mala suerte con los horarios de los barcos que habíamos tenido que coger nos habían retrasado alrededor de una hora y media o dos, pero ello se tradujo en una llegada a Budapest anvanzada la tarde, bajo la puesta de sol y con la ciudad ya iluminada. Con los edificios y puentes más destacados iluminados en todo su esplendor, llegaríamos al centro de la ciudad, donde tras 89 km finalizaría nuestra última etapa.
En total, 18 etapas a través de cuatro países (Austria, Alemania, Eslovaquia y Hungría), para recorrer 1197 km a lo largo de la ribera de dos rios (Eno y Danubio), recogiendo miles de imágenes y unas 13 horas de vídeo para el sexto capítulo de nuestra serie «Cien mil pedaladas: Pedaleando por Europa.»
Quisiéramos agradecer de corazón a tod@s l@s que nos habéis apoyado y seguido durante este cicloviaje, así como a tod@s aquell@s con los que hemos compartido experiencias y kilómetros en la ruta.
Saludos y abrazos enormes,
Beni y María.